MITOS Y LEYENDAS
El es un relato de hechos maravillosos protagonizado por
personajes sobrenaturales (dioses, semidioses, monstruos) o extraordinarios
(héroes). En cambio, la leyenda, es una narración tradicional o colección de
narraciones relacionadas entre sí de hechos imaginarios pero que se consideran
reales.
Leyenda de amor de Zulia y Guaymaral
Cuando los indígenas del Norte de Santander aún eran libres,
existían muchas comunidades, una en especial llamada cíneras, quienes siempre
tuvieron conflicto con los guanes, de Santander. El cacique Cínera cansado de
tanto pelear, envió a su hija Zulia en misión de paz a tierras de los guanes.
Estando Zullia allí, apareció por estas tierras un español, Diego de Montes y
arrasó con la comunidad ciñera y al indefenso cacique lo ahorcó colgándolo de
un árbol de caracolí. Cuando Zulia venía de cumplir su misión de paz, se
encontró con un reducto de indígenas cáchiras que huían despavoridos de los
españoles y contaron a Zulia lo que había pasado a su pueblo. Zulia, que no se
atrevía a creerlo, porque en su mente no cabía que el ser humano fuera tan
perverso, se disfrazó de vasallo, llegó hasta muy cerca de su casa y pudo
observar con sus propios ojos que efectivamente su padre colgaba de un árbol de
caracolí. De sus bellos ojos brotaron lágrimas de indignación, de su pecho
salió un grito de dolor y de sus labios salió un llamado a todos los indígenas
de los alrededores. A este llamado acudieron, guanes, cáchiras, chitareros,
cotecos y cúcutas. Con los cúcuta acudió un príncipe indígena llamado
Guaymaral, hijo del cacique Mará que habitaba el lago de Coquivacoa.
Más de dos mil indígenas acudieron al llamado de Zulia, en
la actual Pamplona, y armaron dos columnas: mil al mando de la hermosa princesa
y mil al mando de Guaymaral, marcharon sobre el campamento español que se
encontraba ubicado en el sitio actual de Arboledas y Diego de Montes no supo en
qué momento pagó con su vida todas las maldades y robos que le había hecho a
los indígenas. Esa noche los indígenas triunfantes festejaron con alegría y
jolgorio, y Zulia y Guaymaral se unieron en matrimonio y fijaron su residencia
al lado del torrentoso río Sulasquillo. Vivieron felices por varios años hasta
que llegó otro español, Diego de Parada y los tomó al descuido arrasando con
todo lo que encontraba a su paso. Hay quienes
contaron que vieron a Zulia morir a caballo, incitando a sus guerreros a la
lucha y Guaymaral herido, huyó buscando la protección de su padre y prometió
que todo lo que tocara se llamaría como su gran amor, Zulia. Es así cuando mal
herido atraviesa el torrentoso río Sulasquilla y lo bautiza Zulia. El pueblo
donde vivió ahora se llama Zulia y cuando toma posesión de sus tierras a la
muerte de su padre, se crea el Estado Zulia de Venezuela.
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